jueves, 19 de enero de 2012

Los japoneses se acercan desde el norte a la Fortaleza de Singapur, cuyos cañones apuntan al mar hacia el sur - 19/01/1942.

Soldados japoneses avanzan con sigilo.

Camaradas,

Los japoneses avanzan inexorablemente a través de la Península Malaya, inflingiendo derrotas a diestro y siniestro sobre los enemigos del mundo libre.

En el sector de Muar/Yong Peng han tenido lugar encarnizados combates que se han saldado con graves derrotas Aliadas. La 53ª Brigada de la 18ª División Británica, había asumido la responsabilidad de guarnecer las posiciones estratégicas al oeste de Yong Peng, un desfiladero y un puente, pero no ha podido evitar que los japoneses se hicieran con ambos. La fuerza de Muar (la 45ª Brigada India y dos batallones), tras quedar aislada, ha recibido órdenes de retirarse. El Cuartel General de la 45ª Brigada India ha sido bombardeado y la mayoría de sus oficiales han muerto. Al final, tan sólo 850 de sus 4.500 soldados han logrado escapar a la avalancha nipona.

Avance japonés hacia Singapur hasta hoy.

Con las tropas japonesas a 48 kilómetros de la Isla de Singapur, el Primer Ministro Winston Churchill ha enviado un telegrama al más alto oficial británico en la zona, el General Archibald Wavell, recientemente nombrado Oficial al frente del Comando Australiano-Británico-Holandés-Americano (ABDA) en el Pacífico Sudoeste. Churchill le ha preguntado acerca del tipo de defensas con que cuenta la Isla.

La respuesta de Wavell no ha podido ser más desalentadora: “Ni hay planes ni fortificaciones con las que defender el lado norte de esta ‘fortaleza inexpugnable’” Churchill se ha sentido abatido ante la realidad de la situación, y ha ordenado exactamente lo que Wavell había venido exigiendo: cavar trincheras. Los defensores de Singapur han reaccionado de manera remolona, contratando a trabajadores locales para cavar las trincheras… se han perdido varios días discutiendo cuánto dinero deberán recibir por las horas extraordinarias de trabajo.

Cañón naval de las defensas de Singapur.

Churchill ha querido dar un puñetazo encima de la mesa y ordenado a Wavell y al Teniente General Arthur Percival, Oficial al frente de Malasia que combatan hasta el último hombre y se nieguen a rendirse. Wavell está dispuesto a acatar las órdenes del Primer Ministro, pero los gigantescos cañones de 15 pulgadas (38 centímetros) de la fortaleza de Singapur apuntan al océano… no al norte, donde se encuentran los ejércitos japoneses.

Es lebe Japan!
Gott straffe Engelland!

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