lunes, 9 de mayo de 2011

Operación Primrose: los británicos se apoderan de una máquina Enigma a bordo del submarino U-110 - 09/05/1941.

Camaradas,

Hoy se ha producido en los mares un hecho de suma gravedad: los británicos han capturado el submarino U-110 y se han apropiado de una de nuestras máquinas Enigma de tres rotores, elemento clave en la transmisión por radio de mensajes codificados entre nuestros submarinos y el Alto Mando de la Kriegsmarine. Con este hallazgo, y siempre que logren averiguar su mecanismo, nuestros enemigos se encuentran en condiciones de descifrar los sistemas de codificación alemanes.

Un operador de radio alemán a bordo del U-110 maneja la máquina Enigma.

Todo ha sucedido mientras nuestros U-Boote U-110 y U-201 (Adalbert Schnee) atacaban al convoy británico OB 318, compuesto de 38 mercantes. El U-110 ha iniciado su ataque pocos minutos antes del mediodía y logrado hundir a los cargueros Bengore Head y Edmond. Por otro lado, hacia las 14:26, el U-201 ha desatado su ataque. Sus torpedos han hundido al carguero Gregalia y averiado gravemente am Empire Cloud, que tras escorar en un ángulo muy pronunciado ha sido abandonado por su tripulación.

Hasta aquí, todo parece haberse reducido a un nuevo ataque a plena luz de nuestros submarinos contra el tráfico mercante británico. Sin embargo, lo peor aún estaba por venir. El Kapitänleutnant Fritz-Julius Lemp, condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro y protagonista del famoso incidente con el Athenia del 3 de septiembre de 1939, el primer día efectivo de la guerra, ha sido su infame protagonista. No diremos que esto le podía haber pasado a cualquiera porque, la verdad sea dicha, de haber actuado de manera responsable, este lamentable incidente podría haber sido evitado.

Fritz-Julius Lemp con Karl Dönitz tras serle concedida la Cruz de Caballero el pasado agosto.

La mala suerte ha tenido también su parte de culpa. En el momento en que se disponía a atacar a su tercera víctima, el U-110 ha sufrido un fallo en su sistema lanzatorpedos. La tripulación se ha puesto a trabajar de manera febril para arreglar la avería y ha dejado un tanto desatendidas sus labores de vigilancia. De esta circunstancia se ha beneficiado uno de los buques de escolta británicos, la corveta HMS Aubretia, que ha localizado al U-110 con su sistema ASDIC y lo ha atacado con cargas de profundidad.

El U-110 ha sobrevivido el ataque, pero ha sido gravemente dañado. Después de un segundo ataque con cargas de profundidad, se ha visto obligado a emerger. Lemp ha dado la orden de abandonar el barco. Mientras la tripulación se encontraba en cubierta y se disponía a abandonar el buque, los destructores británicos HMS Bulldog y HMS Broadway han comenzado a abrir fuego contra el submarino, en un acto criminal que ha causado numerosas víctimas entre los marineros alemanes.

El comandante del HMS Bulldog, el Capitán Joe Baker-Cresswell, se ha dirigido hacia el submarino dispuesto a embestirlo, pero en el último momento ha cambiado de idea y ha pensado que podría tratarse de una buena oportunidad para capturarlo.

El HMS Bulldog detenido junto al U-110.

Mientras tanto el Kapitänleutnant Lemp, asumiendo que su sumergible, con todos los conductos de ventilación abiertos, se hundiría, ha ordenado a su operador de radio Heinz Wilde abandonar los libros de códigos y la máquina Enigma y salir del buque. “El U-Boot se hunde”, afirman algunos testigos haberle oido decir, en lo que ha constituido el mayor error de toda su vida. Otro de los operadores de radio ha recogido sus enseres personales y dejado intacto el material secreto, convencidos todos de que se iría al fondo del mar con el sumergible.  Los libros de claves alemanes están impresos con una tinta especial que, al contacto con el agua de mar, se borran.

Kapitänleutnant Fritz-Julius Lemp, 20 buques hundidos (96.639 toneladas) y 4 buques dañados (45.417 toneladas).  Ha perdido hoy la vida intentando enmendar su error por haber abandonado su sumergible sin haber destruido los documentos secretos y la máquina Enigma a bordo.

Demasiado tarde, Lemp se ha dado cuenta de su error: el U-110 no se está hundiendo, y se ha arrojado al agua para regresar a su sumergible y destruir el material secreto. No se ha vuelto a saber de él, pero su muerte se ha dado por segura. Un testigo alemán ha afirmado que un marinero británico le ha disparado por la espalda mientras nadaba hacia el U-Boot. En total, 15 alemanes han perdido la vida y 32 han resultado capturados.

El HMS Bulldog echa al mar su lancha de abordaje.

La lancha se dirige hacia el U-110.

La partida de abordaje de David Balme, sobre el U-110.

El abordaje visto desde el HMS Bulldog.

Entonces, una dotación del HMS Bulldog, al mando del alférez David Balme, ha abordado el sumergible U-110 y se ha apropiado de todo los objetos portátiles que han encontrado en el interior del submarino, incluidos sus documentos secretos y la máquina Enigma.

El Alférez Balme ha dejado el siguiente testimonio de su descenso hacia las tripas del averiado submarino:

No teníamos ni idea de lo que era Enigma. Pensábamos que era una máquina de escribir con aspecto extraño, un aparato interesante. Fue sólo cuando regresamos a la base naval de Scapa Flow diez días más tarde que el oficial superior de inteligencia vino a bordo y me dijo lo que habíamos conseguido y lo duramente que habían estado buscando una.

Fue una experiencia aterradora. Sabíamos que debía haber cargas explosivas que podían detonar en culquier momento. Había estado estado en situaciones de combate muchas otras veces, pero nunca tenido que pasar por algo así.  Durante veinte años a partir de entonces, me despertaría de noche regularmente reviviendo ese descenso a través de la torre del sumarino.

Una máquina Enigma, el preciado botín de los ingleses.

El submarino U-110 se ha hundido mientras estaba siendo remolcado hacia Gran Bretaña, pero la máquina Enigma incautada sí que ha llegado a Inglaterra tras haber hecho a la tripulación del HMS Bulldog jurar silencio so pena de muerte, y entregada a los criptógrafos británicos y al genio matemático Alan Turing en Bletchey Park, que se han puesto en seguida manos a la obra. Cuando terminen su trabajo, los Aliados esperan ser capaces de leer los mensajes de radio del Eje como si de un libro abierto se tratara, siempre que, claró está, los servicios de inteligencia alemanes no opten por modificar sus sistemas de codificación, tal y como suele ser habitual.

Es lebe Deutschland!
Es lebe Nationalsozialismus!

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