miércoles, 18 de agosto de 2010

La destrucción del aeródromo de Kenley - 18/08/1940.

Camaradas,

Después de una jornada de descanso, el plan de la Luftwaffe para el día de hoy consiste en destruir completamente los aeródromos de Kenley y Biggin Hill, estaciones clave para la RAF y dos de los más grandes aeródromos de caza que existen en Gran Bretaña.

8:50-9:10: De manera metódica, en intervalos cuidadosamente establecidos, las fuerzas alemanas de bombarderos y sus escoltas despegan de varios aeródromos del norte de Francia. De pronto, un mensaje ordena a todas las formaciones abortar la misión debido a una espesa capa de nubes que se ha detectado sobre la costa inglesa.

Formación de Heinkels He 111 rumbo a Inglaterra. 

11:50-12:30: Los bombarderos vuelven a despegar con tres horas de retraso respecto a la planeada. El plan de ataque de la Luftwaffe contra los aeródromos consiste en hacer primero que una fuerza de entre 50 y 60 Bf 109s crucen el Canal por Dover y se dirijan hacia Londres, atrayendo a cualquier escuadrón de la RAF que pueda estar en el aire y alejarlos de la fuerza principal de bombarderos que vuela cinco minutos por detrás de ellos. Esta formación se compone de 12 Ju 88 y 27 Do 17 con una escolta de 25 Bf 110s y 20 Bf 109s. El objetivo de esta formación es Kenley. Diez minutos por detrás vuela otra formación de 60 He 111s escoltados por 40 Bf 109s con el objetivo de Biggin Hill. Algunos kilómetros al oeste, 9 Do 17s sin escolta volando a baja altitud constituyen el elemento sorpresa.

Una vez alcanzado el obetivo, los 12 Junkers Ju 88 se aproximarían a Kenley por el este y llevarían a cabo un ataque en picado de precisión contra los hangares y edificios en el lado sur del aeródromo de Kenley. Aproximadamente cinco minutos más tarde un ataque de bombardeo a alta altitud de saturación por parte de los Dorniers destruiría las defensas terrestres y sembraría de cráteres el terreno de aterrizaje. Finalmente, los nueve Do 17s volando a baja altitud desde el sur asestarían el golpe final destruyendo cualquier hangar y edificio que se mantuviera en pie todavía.

Un plan quizás demasiado audaz, pero factible. Un total de 110 bombarderos y 150 aviones de escolta. El problema lo constituye el hecho de que los Junkers Ju 88 y los Dorniers Do 17 vuelan con retraso mientras que los nueve Dorniers a baja altitud cumplen el horario establecido.

12:35: Los británicos localizan las formaciones alemanas. Su sistema de radares estima que los alemanes lanzan contra Gran Bretaña 350 aparatos, una patente exageración.

13:05: Los británicos despliegan su defensa de cazas. Las formaciones de la Luftwaffe llevan diez minutos de retraso pero todos los aviones están en camino. Los escuadrones británicos que patrullan al norte de Kent no perciben los Bf 109s que vuelan sobre ellos. Para el Oberleutnant Gerhard Schoepfel, comandante de la JG26, es una oportunidad de oro que no deja escapar. Se lanza sobre los ingleses desde la dirección del sol y derriba cinco Hurricanes.

Abajo, a apenas 50 pies sobre las olas, los 9 Dorniers Do 17 vuelan sin ser detectados por el radar. Los británicos no saben nada de su existencia.

Una bucólica ilustración del aeródromo de Kenley.  Una imagen de buenos tiempos que tardarán mucho tiempo en repetirse tras la "visita" de la Luftwaffe.

13:10: Los 9 Dorniers se alinean para su aproximación final a Kenley. El vuelo ha transcurrido sin incidentes excepto por algunos disparos por parte de un par de patrulleras de la Royal Navy. Todo ha ido según el plan, excepto por el hecho de que no hay ninguna columna de humo sobre el aeródromo de Kenley. ¿Qué ha sucedido con los Ju 88s que se suponía iban a bombardear Kenley en primer lugar y con los Do 17s que se suponía iban a bombardear el aeródromo justo antes que ellos? La realidad es que todos ellos vuelan con retraso, por lo que el primer ataque lo van a efectuar los nueve Dorniers de Walter Roth.

Los ingleses en las salas de operaciones de Kenley y Biggin Hill observan la formación alemana espantados y piden auxilio al cercano aeródromo de Croydon, que sólo dispone de un escuadrón de Hurricanes.

13:19: Los Hurricanes avistan los nueve Dorniers cuando están a punto de alcanzar Kenley y su líder, cobarde como sólo los ingleses saben serlo, decide atacarlos por detrás. Mientras tanto los Dorniers, impertérritos, se despliegan en arco para comenzar el ataque.

13:22: Las tripulaciones de los Do 17s ya pueden ver los edificios y hangares del aeródromo de Kenley justo ante ellos. Cuando están a punto de soltar sus bombas, los Hurricanes a su espalda comienzan el ataque. Los artilleros de cola de los bombarderos responden con fuego de ametralladora. Al mismo tiempo, las defensas de tierra de Kenley comienzan a disparar en rápida sucesión con sus Bofors, luego con el fuego de ametralladora de los círculos de sacos de arena. Los hombres y mujeres que no están involucrados en la defensa corren a los refugios, aunque los Dorniers se acercan tan rápido que muchos no pueden alcanzarlos y buscan cobertura como buenamente pueden.

Tan pronto como los Dorniers alcanzan el perímetro sur, el sistema de Paracaídas y Cable (PAC) del aeródromo es accionado y los cables situados a intervalos de 60 pies son lanzados por cohete al aire. Cuando el cable de 500 pies ha alcanzado su límite, un paracaídas se abre dejando el cable de acero suspendido en el aire y efectuando un suave descenso. Si cualquiera de los Dorniers golpeara el cable, un segundo paracaídas se abriría automáticamente en la base del cable dificultando el vuelo al enemigo dado que su ala resultaría empujada por el cable y los dos paracaídas.

Los tiradores de ametralladora y las baterías antiaéreas del aeródromo tienen dificultades en apuntar a sus objetivos debido a la baja altitud y velocidad de los bombarderos. Tras el ataque, un soldado británico reconoce que se limitaba a apuntar el arma en frente de los bombarderos esperando que los Dorniers se chocaran con las balas. Uno a uno los Dorniers arrojan su carga de veinte bombas de 110 libras y los defensores británicos no pueden hacer nada.

El ataque contra Kenley de los nueve Dorniers en vuelo rasante.

Las bombas de los Dorniers caen con mortal precisión creando un sendero de absoluta destrucción. Los hangares, comedores, oficinas, cuarteles generales y otros edificios administrativos incluido el hospital explotan entre humo y llamas a medida que cada bomba encuentra su diana. Las bombas que han sido arrojadas por los bombarderos situados en el centro de la formación rebotan por las pistas como bolas de ping pong antes de explotar. Además, uno de los Hurricanes resulta derribado, no se sabe bien si por fuego de algún Dornier o por la defensa terrestre de Kenley. Tres de los nueve Dorniers resultan derribados por la defensa británica. Los seis Dorniers supervivientes regresan a sus bases después de haber soltado 180 bombas con un total de 19.800 libras de explosivos.

13:24: En sólo 90 segundos, Kenley se ha convertido en un amasijo de hierros retorcidos, y cuando los Dorniers han pasado y los británicos piensan que el ataque ha terminado y muchos asoman de sus refugios, es sólo para escuchar a los vigías del aeródromo que el ataque no ha terminado y que vuelvan a ponerse a cubierto.

13:27: Las formaciones de bombarderos de la Luftwaffe que vuelan a gran altitud se acercan ahora a Kenley. La escolta de Bf 109s se encuentran enzarzada con los Hurricanes británicos, que sufren muchas pérdidas pero aun así consiguen mantener a los Bf 109s lejos de los bombarderos que deberían estar protegiendo. Los 27 Dorniers Do 17 son ahora el blanco de un escuadrón de doce Hurricanes recién llegado, que se acerca a ellos de frente.

Una escolta de Bf 110s acompaña a los Dorniers. Los ingleses se dividen en dos grupos. Uno de ellos ataca a la escolta, el otro continúa su vuelo directo hacia los bombarderos. A medida que se acercan el uno al otro a una velocidad endiablada, recortando cerca de 7 millas por minuto, parece como si se tratase de un juego de ruleta rusa. Los Hurricanes y los Dorniers van a chocarse de frente a menos que alguno de los dos ceda antes. Uno de los Dorniers cede finalmente, incapaz de resistir la vista de un Hurricane que se dirige de frente a él y vira, saliendo de la formación. Los Hurricanes lo cazan y, además, provocan una reacción en cadena que consigue que la formación de bombarderos se rompa, sacándolos a todos fuera de su ruta de bombardeo. Todas las bombas caen en áreas circundantes a Kenley y causan escaso daño al aeródromo en sí. Aún así, cuatro Hurricanes resultan derribados en este combate.

13:37: Los Dorniers se alejan y los ingleses comienzan sus tareas de limpieza. El aeródromo ha sufrido graves daños. Ocho Hurricanes han sido destruidos en tierra, dos hangares han sido completamente destruidos y otros cinco gravemente dañados. La sala de operaciones queda inutilizada y muchos otros edificios incluyendo el hospital, han quedado reducidos a escombros.

Hurricane destruido en Kenley tras el ataque.

13:45: Sobre Biggin Hill, la formación de bombarderos Dornier Do 17, Junker Ju 88 y Heinkel He 111 se alinean para atacar el aeródromo situado a poca distancia de Kenley. 40 Bf 109s los escoltan cuando son interceptados por un escuadrón de Spitfires.

13:50: Un segundo escuadrón británico se une a los Spitfires. También en este ataque hay un grupo de nueve Dorniers volando a baja altitud (110 pies). Los ingleses lanzan los cohetes PAC y logran destruir a dos de ellos. El resto emprende acciones evasivas y dejan caer las bombas demasiado pronto, fallando sus objetivos.

El ataque sobre Biggin Hill debería ser una copia de la acción anterior sobre Kenley. Un bombardeo de precisión a baja altitud complementado por bombardeos masivos a gran altitud, pero esta vez los ingleses logran entorpecerlo.

13:53: Tres minutos después del ataque de los Dorniers en vuelo rasante, los He 111 y Ju 88 sueltan sus bombas. Sin embargo, debido al constante acoso de los cazas ingleses, el bombardeo resulta muy poco preciso, con la mayoría de las bombas cayendo al este. Algunas caen en el centro del aeródromo y causan grandes cráteres, pero no destruyen edificios, tan sólo revientan ventanas.

Por la tarde, justo después de las 14:00, la Luftwaffe efectúa seis nuevos ataques al este de la Isla de Wight con más de 100 bombarderos Ju 87 escoltados por 65 Messerschmitts Bf 109 además de 55 Bf 109s que patrullan el área en busca de cazas ingleses. 31 Ju 87s se desvían para atacar la estación de radar de Poling, donde derriban dos torres y la inutilizan durante una semana. En la estación aeronaval de Ford, 29 Stukas destruyen dos hangares y un tercio de los cuarteles. Por último, 22 Stukas atacan el aeródromo de Gosport y 29 el de Thorney Island destruyendo varios hangares.

Resumen operativo de la Luftwaffe desde el comienzo de la Batalla de Inglaterra hasta hoy.

A las 15:30, una docena de Bf 109s atacan el aeródromo de Manston con ametralladoras, destruyendo dos Spitfires en tierra, matando a un hombre e hiriendo a quince.

Dos horas más tarde la Luftwaffe lanza varias formaciones hacia los estuarios del Támesis y de Blackwater. Los escuadrones de caza británicos entorpecen los bombardeos de North Weald y Hornchurch.

Por la noche tienen lugar ataques aéreos en Gales del Sur, Sealand, Birmingham y Wolverhampton.

Durante las acciones del día, el más intenso desde el comienzo de las hostilidades, 69 aviones de la Luftwaffe son derribados frente a a 33 de la RAF en el aire y 29 en tierra. Unas pérdidas elevadas en ambos bandos, pero que sobre todo los británicos no se pueden permitir. Lo cierto es que Churchill puede empezar a temblar. Si la Luftwaffe continúa a este ritmo, dentro de poco tendrán que emplear como aeródromos los patios de sus colegios y como aviones las cometas de cartón de sus hijos.

Es lebe Deutschland!

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