lunes, 26 de octubre de 2009

¡Dios castigue a Inglaterra! - 26/10/1939.

Camaradas,

Joachim von Ribbentrop, Reichminister de Asuntos Exteriores, se ha distinguido como un diplomático en toda la amplitud del término, un auténtico valedor de la paz que ha sido capaz de cerrar acuerdos imposibles y hermanar a naciones antagonistas. No sólo por su reciente rol en los pactos germano-soviéticos, sino por su papel desempeñado durante las crisis de los últimos años que hicieron que la sombra de la guerra se cerniera sobre Europa, bien haría la Academia Sueca en tener en cuenta a este “Pacificador” para su Premio Nóbel de la Paz, a pesar de lo infructuoso que al fin y al cabo han resultado sus esfuerzos. Uno de sus últimos éxitos se ha producido hace apenas unos días con la firma de un acuerdo comercial entre el Reich y la URSS que garantiza el suministro de un millón de toneladas de grano a Alemania. El Führer no escatima en gastos a la hora de asegurar la alimentación de sus ciudadanos ante el incierto futuro, haciendo suyo el dicho de “más vale prevenir”, y von Ribbentrop ha sido una vez más un efectivo instrumento catalizador de concordia.

Joseph Stalin - Joachim von Ribbentrop. Apaciguando a la Bestia.

En verdad que hombres así, hombres de altura y visión como Joachim von Ribbentrop, son los que en el futuro, cuando las brumas de la guerra se hayan disipado, serán los encargados de establecer lazos de amistad de una esquina a otra del globo, erigiéndose en paladines de todas las naciones a un tiempo y limando las diferencias que puedan separarlas. Hombres que no se arredren ante los retos, hombres de mano izquierda que sepan congeniar intereses de unos y de otros para el bien común y que vean más allá del interés egoísta particular. Hombres, en definitiva, capaces de forjar una Alianza de Civilizaciones de luz y color que haga que todos los hombres puedan vivir en un hermoso reino de fantasía bajo un sol de arco iris, donde todas las razas, culturas, ideologías y religiones convivan en armonía y respeto, sin jamás enfrentarse entre ellas ni perseguir otra cosa que no sea el bienestar común, el final de las guerras, el amor sin fin y la felicidad de todos los seres humanos en la tierra. Un mundo habitado por popples de colores, vamos.

Y bien, volviendo al tema que nos ocupa, durante su visita a Danzig, el Reichminister von Ribbentrop ha pronunciado unas amargas palabras que han venido a complementar el discurso que pronunció el Reichminister Goebbels el pasado día 22. En ellas ha vuelto a señalar la perfidia de Inglaterra pero proporcionando esta vez unos datos sobrecogedoramente esclarecedores: Inglaterra lleva planificando esta guerra desde hace años y si no se ha lanzado antes contra Alemania ha sido sólo por no verse lo suficientemente poderosa. A pesar de los esfuerzos sobrehumanos del Führer para llegar a un entendimiento con ella, Inglaterra no ha sabido ver en la Alemania nacionalsocialista sino el enemigo surgido para disputarle su hegemonía mundial. En su patético afán de desunir a los alemanes, Inglaterra ha tratado de distinguir entre Adolf Hitler y Alemania, afirmando que no tiene nada en contra de los alemanes, pero Inglaterra ignora la realidad: que Alemania es Adolf Hitler y Adolf Hitler es Alemania. Por todo ello, por toda esa perfidia que inunda el corazón de los británicos, por la maldad y negrura de su alma, nos vemos obligados hoy a retomar un viejo grito que la durante la Gran Guerra se hiciera famoso y lo invocamos de nuevo:

Dios castigue a Inglaterra!
Gott strafe England!

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